¿Te interesa saber cuáles son los beneficios de la lectura? Ya te adelantamos que son muchos y variados, y si consigues introducir en tu vida el hábito de leer cada día, notarás grandes beneficios tanto a corto como a largo plazo.
Y mucho se habla de los beneficios de leer en niños, pero lo cierto es que no importa la edad que tengas: aficionarte a la lectura puede mejorar tu día a día en cualquier etapa de tu vida.
Vamos allá, descubramos algunas de las mejores razones para leer.
Muchos de los beneficios de leer se notan a largo plazo, pero si eres impaciente y quieres que los beneficios de leer se noten enseguida, están de enhorabuena, pues la lectura ayuda de forma casi inmediata en varios aspectos:
¿Sabías que más del 40% de la población española siente estrés con frecuencia? En una sociedad de ritmos acelerados, redes sociales demandantes y trabajos exigentes, nuestras cabezas no dejan de dar vueltas. Nuestra mente pasa de un pensamiento a otro de forma constante, sin darnos tregua, sin detenerse nunca.
Entre los beneficios de leer todos los días destaca la capacidad de la lectura para desestresarnos al frenar el ritmo frenético de nuestras mentes. Durante unos minutos, nuestra mente se focalizará en lo que está leyendo y detendrá otros hilos de pensamientos. Leer es como meditar, pues nuestra atención se centra en un único punto.
De hecho, un estudio de 2009 de la Universidad de Sussex reveló que con solo 6 minutos de lectura diaria se reducía el estrés un 68%.
¿Y sabías que entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre de forma ocasional problemas para dormir? Entre los beneficios de la lectura para el cerebro destaca que ayuda a conciliar el sueño y a que este sea de mejor calidad una vez se consigue.
La lectura mejora el sueño por varios motivos. Por un lado, el estrés es una de las principales causas del insomnio, y como hemos visto, leer reduce el estrés.
Asimismo, leer un libro es una actividad relajada. Es cierto que si el libro se pone muy interesante puedes quedarte despierto “un capítulo más”, pero por regla general leer es una actividad tranquila que se recomienda encarecidamente como hábito previo al sueño.
Por otro lado, entre los beneficios de la lectura para el cerebro está el de escapar de la luz azul durante los minutos previos al sueño. Está demostrado que la luz de las pantallas dificulta el correcto funcionamiento de los ritmos circadianos, esos que rigen nuestras horas de sueño. Por eso, se recomienda no exponerse a móviles, tablets o televisores antes de dormir. Quienes sustituyen ver el móvil en la cama por leer un libro, no tardan en notar mejoría en la calidad de su sueño.
Otros beneficios de leer tardan un poco más en notarse y, aunque es cierto que podrás empezar a notar sus efectos a corto y medio plazo, es a largo plazo cuando más diferencias se notan entre una persona lectora y no lectora.
¿Sabías que un español normal usa a diario 300 palabras? Si la persona tiene un nivel de cultura más alto, cada día suele emplear unas 500 palabras para comunicarse. En el caso de un escritor o periodista, se eleva el número de palabras a unas 3.000. Son cifras de lo más dispares entre sí, y se quedan muy cortas si tenemos en cuenta que Cervantes uso unas 8.000 palabras en obra. Si tenemos en cuenta que el Diccionario de la Real Academia Española recoge unas 93.000 palabras, el escritor español más famoso usó aproximadamente un 3% del idioma.
Leer es clave para ampliar vocabulario. No es algo que ocurra en un solo libro (sería un aburrimiento leer una obra y que en cada párrafo hubiera una palabra que no entendemos y que necesitamos buscar en el diccionario), pero lectura tras lectura se van acumulando nuevos términos a nuestro vocabulario y, al cabo de los años, descubres que tu cultura ha crecido mientras disfrutabas leyendo.
La riqueza léxica del castellano es maravillosa, cada palabra tiene sus matices y conocerlos te hará comprender el mundo a niveles diferentes.
E igual que al leer se descubren palabras nuevas, también se tiene conocimiento de sucesos, personajes históricos, descubrimientos, lugares… La cultura general de un individuo va creciendo conforme se relaciona con su entorno; aumenta viendo la tele, leyendo el periódico, hablando con amigos y, por supuesto, también mientras se lee.
Para aumentar la cultura general se pueden usar tanto libros de no ficción como novelas. Es cierto que los libros de no ficción harán crecer más rápido tu cultura general en un ámbito determinado, pero las novelas de ficción también son una herramienta muy útil para descubrir el mundo que nos rodea y aprender sobre él.
George R.R. Martin dijo: “un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive solo una”. Leer nos permite ponernos en los zapatos de personajes de lo más dispares. A través de las lecturas nos enfrentamos a problemas de lo más dispares y vemos cómo reaccionan los personajes a esas dificultades o situaciones.
Aprender que existen otros modos de pensar o reaccionar, descubrir que cada personaje tiene su historia y que el pasado lo ha modelado, comprender que existen diferentes soluciones a un mismo problema, hace que seamos más tolerantes y empáticos.
Que las nuevas tecnologías están provocando problemas de atención en los jóvenes (y no tan jóvenes) no es un secreto. Notificaciones que no paran, redes repletas de vídeos cortos que no dejan de sucederse, decenas de aplicaciones al alcance del dedo… Mantener la atención hoy en día es complicado y, lo peor, es que el cerebro se ve afectado y pierde la capacidad de atención. ¿No te ha pasado que estás haciendo una tarea, te metes un momento en Google a consultar algo, o curioseas tus redes sociales un instante… y para cuando te vas a dar cuenta ya ha pasado media hora y no sabes qué se suponía que deberías estar haciendo?
En una sociedad hiperestimulada, leer un libro puede ayudar a entrenar la mente para mantener el foco sin depender de los chutes de dopamina que nos dan las redes sociales. Para leer necesitas que tu cerebro le preste atención al texto durante varios minutos seguidos. Si lees desde el móvil a través de una app puede ser complicado, por eso los ereaders y los libros físicos siguen triunfando entre los verdaderos amantes de la lectura, pues hacen más difícil las distracciones.
Entre los beneficios de leer en niños sin duda destaca que hace que sean mejores estudiantes. Comprender lo que se lee y poder relacionarlo con otros ámbitos de la vida es una de las tareas pendientes entre gran parte del alumnado español, que tiene dificultades para asimilar textos.
De hecho, la compresión lectora es tan vital porque no solo afecta a asignaturas como lengua e historia, sino que incluso las matemáticas, la química o la biología se explican mediante palabras.
Ser capaz de leer con soltura y entender qué se está leyendo mejora el desempeño de los estudiantes, haciéndolos más listos y autónomos, y también mejora las competencias laborales de los adultos a permitirles acceder a puestos de trabajo más cualificados.
Mantener la mente activa es clave en todas las etapas de la vida, pero muy especialmente en la vejez. Aquello que no se usa, se pierde. Un claro ejemplo son los músculos, que si no se entrenan pierden fuerza, pero también puede trabajarse la memoria e incluso la capacidad cerebral de crear nuevas conexiones neuronales. Leer ayuda a tener que recordar tramas y personajes, a memorizar nuevas palabras, a conocer sucesos.
De hecho, distintos estudios han demostrado que leer activa distintas partes del cerebro y crea conexiones neuronales nuevas. Por ello, leer libros ralentiza el deterioro de la memoria cuando nos hacemos mayores.
Es evidente que leer ayuda a escribir mejor, pero ¿sabías que entre sus beneficios también está el de mejorar la forma en que nos comunicamos?
Al leer mucho, aprendemos a organizar mejor las ideas, por lo que estructuramos mejor nuestros argumentos tanto escribiendo como hablando. Además, contar con más vocabulario a la hora de hablar también ayuda, y el ser más empático (como hemos visto antes) también mejora nuestro trato con los demás.
Hay mucha gente que no sabe gestionar la incertidumbre y la inseguridad, y por ello se bloque a la hora de tomar decisiones. ¿Cómo elegir entre dos opciones que parecen igual de buenas (o igual de malas)? La vida está llena de decisiones y tomarlas exige una energía que nos desgasta día a día.
Pues bien, según un estudio de la Universidad de Toronto, basta con leer diez páginas al día para empezar a sentirnos más cómodos frente a la incertidumbre. Y no solo eso, sino que ese ratito de lectura diario también ayuda a nuestra capacidad de tomar decisiones cuando las opciones son ambiguas (no hay una que sea claramente mejor) y se reducen los juicios precipitados.
Y es que en los libros suele haber una incertidumbre constante que no nos afecta de forma directa, pero nos ayuda a convivir con esa sensación y nos permite acostumbrarnos a ella, de tal forma que la gestionamos mejor cuando nos toca vivirla en el mundo real.
Y, por último, pero no por ello menos importante, leer ayuda a la imaginación de maneras que otros medios de entrenamiento no logran. Al ver la tele o jugar a un videojuego, el mundo está ya creado, los gráficos nos vienen dados, queda poco espacio para la imaginación.
En cambio, al leer ficción, el cerebro debe transformar esas palabras en imágenes y da forma en nuestras cabezas a lo que estamos leyendo. La imaginación se entrena, como si fuera un músculo, y al leer puede evolucionar de formas muy creativas.
Quizá se te ocurran otros beneficios de leer mucho, pero para nosotros estos son los más importantes. ¿Qué te han parecido? A nosotros, tras hacer repaso de todos estos beneficios de la lectura en adultos y niños nos han dado unas ganas locas de ponernos a leer: nos hace más listos, más empáticos, mejora nuestro descanso, reduce nuestro estrés y mantiene nuestras mentes jóvenes… ¿qué más se le puede pedir a algo tan placentero como leer?